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lunes, 12 de diciembre de 2011

CUANDO SE HABLA DE AMOR Y BONDAD, SE DEBE TENER SIEMPRE PRESENTE......


Los seres humanos solemos ponerle sombras a

 los momentos mas felices de nuestras vidas

 opacando innecesariamente los mejores

 momentos.

Cuando se está enamorado y se es 

 correspondido  dejamos entrar sentimientos

 negativos  como los celos;  los que producen

 heridas  y desconfianzas en la pareja

 ocupando tiempos de felicidad, en tristezas.

En la vida diaria nos preocupamos mas en lo

 negativo de las personas, que en lo positivo

Mas en lo material, que en lo espiritual, dándole

 mas tiempo a las dificultades, que a las formas

 de avanzar.

Resulta mas fácil quedarse estancado llorando,

 sufriendo y renegando contra todo, por 

errores o fracasos vividos, que darse el tiempo 

de aprender de los errores y buscar las formas 

de salir pronto de las dificultades  

Una sonrisa  alegre y un saludo amable son 

como el  agua no se debe negar nadie, sino 

mas bien regalarla y tenerla siempre presente 

porque dan felicidad, humanidad alegría y 

hermandad a quienes las regalan y  

quienes la reciben.

Cuando se habla de amor y bondad se 

debe tener siempre presente....que estos 

sentimientos deben ser compartido con 

todo lo que nos rodea  y lo hermoso que 

Dios creó para vivir  bien, felizy en 

comunión. La vida hay que vivirla y 

disfrutarla en todo

 momento con amor, bondad, 

pensamientos y sentimientos 

positivos,  confiando en tus

posibilidades y especialmente en 

Dios.
.

Un hombre, su caballo y su perro iban por una 
carretera. 
Cuando pasaban cerca de un árbol enorme 
cayó un rayo y los tres murieron fulminados.
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya 
había abandonado este mundo, y prosiguió 
su camino con sus dos animales (a veces 
los muertos tardan un cierto tiempo antes 
de ser conscientes de su nueva condición).
La carretera era muy larga y colina arriba. 
El sol era muy intenso, y ellos estaban 
sudados y sedientos. En una curva del 
camino vieron un magnifico portal de 
mármol, que conducía a una plaza 
pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que 
custodiaba la entrada y entabló con él, 
el siguiente diálogo: Buenos días.
Buenos días – Respondió el guardián.
Cómo se llama este lugar tan bonito?
Esto es el Cielo.
Qué bien que hayamos llegado al Cielo, 
porque estamos sedientos!...
Usted puede entrar y beber tanta agua como 
quiera. Y el guardián señaló la fuente.
Pero mi caballo y mi perro también tienen 
sed…
Lo siento mucho  Dijo el guardián pero aquí 
no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto 
que tenía muchísima sed, pero no pensaba 
beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió 
adelante. Después de caminar un buen rato 
cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron 
a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por 
una puerta vieja que daba a un camino de tierra 
rodeado de árboles.
A la sombra de uno de los árboles había un 
hombre echado, con la cabeza cubierta por 
un sombrero. Posiblemente dormía.
Buenos días – dijo el caminante. El hombre 
respondió con un gesto de la cabeza.
Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y 
yo Hay una fuente entre aquellas rocas dijo 
el hombre, indicando el lugar.

Podéis beber toda el agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la 
fuente y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar las gracias 
al hombre.
Podéis volver siempre que queráis...
 Le respondió éste...
A propósito ¿Cómo se llama este lugar? 
preguntó el hombre.
EL CIELO...
El Cielo? ¿Sí? Pero si el guardián del portal de 
mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
Aquello no era el Cielo. Era el Infierno  
contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.
¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! 
¡Esta Información falsa debe provocar grandes 
confusiones! – advirtió el hombre.
¡De ninguna manera!-increpó el hombre... 
En realidad, nos hacen un gran favor, porque 
allí se quedan todos los que son capaces de 
abandonar a sus mejores amigos…
(Paulo Coelho)

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