La inconformidad se apropia a veces mas allá de lo físico, de lo ambiental
en la vida de cada ser, también se hace presente en lo espiritual...
Cuenta la historia que ya hace mucho tiempo atrás, existía una ciudad
cercada con muros tan altos que no permitía que nadie entrase o saliese
de dicha ciudad, los niños de esa pequeña aldea jugaban y no existía
ningún tipo de inseguridad o miedo entre habitantes, todos se conocían,
se saludaban y no había envidia o problemas entre ellos, las casas eran
pequeñas en su exterior pero en su interior eran grandes en amor,
confianza y "libertad"…
Era tanta la seguridad que ninguna de las casas tenía puerta pues la
confianza era tal que nadie era amante de lo ajeno, como verán era
perfecto, digamos que dentro de lo que cabe eran felices en esa pequeña
ciudad amurallada, pero cuenta la historia que un día el concilio de
líderes realizó una junta para meditar y hablar sobre temas de
importancia de la ciudad…
Uno de los temas fue que entre ellos existía un quejar que mucho tiempo
atrás, les hacía sentir algo de molestia, la cual era la creación de ese gran
muro, mucho de ellos opinaron, unos a favor otros en contra, y juntos
llegaron a una conclusión, la que fue derribar el muro, pues muchos de
ellos decían sentirse atrapados, encarcelados y aprisionados…
Y era necesario que la ciudad se sintiera libre después de muchos años de
estar viviendo bajo la sombra de aquel viejo muro... Toda la ciudad aceptó,
ya que muchos deseaban ver más allá de lo que conocían, salir y explorar
lugares nuevos, y sí... Aquel viejo muro fue derrumbado.
Poco tiempo después comenzaron a suceder cosas extrañas, los niños
cuando salían a jugar caían por las barrancas que había cerca de esa
ciudad y mucho de ellos morían, los habitantes comenzaron a ponerle
puertas a sus casas debido a que ladrones de otras regiones llegaban y
tomaban cosas que no les pertenecían, mucha gente se perdía por querer
explorar nuevos lugares y jamás volvían…
La gente ya no salía de sus casas, y unos comenzaban a desconfiar de
otros, todo se volvió gris y la inseguridad reino en esa pequeña ciudad
que tiempo atrás era sumamente feliz, todo por querer quitar aquel muro
que en lugar de aprisionarlos, sólo los protegía.
Muchos de nosotros creemos que nuestro muro (Dios, Padres, Hermanos,
Amigos, Maestros) no nos deja salir y ver más allá de lo que nuestros ojos
han visto, oír más allá de lo que nuestros oídos han podido escuchar, que
no nos deja ser libres…
Dios con su amor y bondad...Nos abraza en el amor, en lo positivo; no por
mantenernos prisioneros de lo espiritual o material, sino que es para
mantenernos alejado de lo negativo que solo trae... peligros, destrucción,
tristezas y dolor...
Ahora cada uno decide lo que desea para su vida...Si tener a Dios en su
vida o estar lejos y a la deriva...
Les invito a meditar, a reflexionar sobre la vida del día a día, para vivir
mejor y más feliz...
Cuando decides vivir con el amor de Dios en tu corazón...Vives en libertad.
Dios llene cada corazón de amor, paz, felicidad y bendiciones...